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¿Cómo germinar semillas de marihuana?

Un buen comienzo es la mitad del trabajo. Una vez tienes semillas de buena calidad en tus manos, el primer paso para dar rienda suelta al cultivo es su proceso de germinación.

Las semillas de marihuana solo necesitan agua, calor y oxígeno para germinar. No es necesario el uso de aditivos para germinar semillas frescas y de buena procedencia. Normalmente las semillas germinan en un periodo de 2 a 7 días después de iniciar el proceso.

Agua

El agua es el principal elemento responsable del inicio de la germinación de las semillas, ya que es la responsable de activar las hormonas que inician el proceso.

Pocos días después de que el agua entra en contacto con las hormonas presentes en el interior de las semillas, la cáscara protectora se rompe para dar paso a una pequeña raíz blanca que en el futuro se convertirá en el gran sistema radicular de la planta.

Todos los nutrientes que la planta requiere en sus primeros días de vida están en el interior de la semilla.      

Algunas variedades desarrollan semillas con cáscaras protectoras más fuertes y gruesas de lo normal, por lo que pueden tardar un par de días más en romper esta.

Sumergir las semillas entre 12 y 24 horas es suficiente para que la humedad alcance el interior de la semilla. Debes usar durante esta etapa agua destilada o agua purificada libre de cloro. Después debes mantener la humedad constante en medio de servilletas húmedas o papel absorbente.

Temperatura

La temperatura del ambiente donde se encuentran las semillas en proceso de germinación debe estar en un rango de entre 21 y 32 °C. Ten en cuenta que el punto óptimo es de 26 °C. Fuera de este rango de temperatura, el proceso de germinación puede verse seriamente afectado.

Oxígeno

Durante este proceso, mantener adecuados niveles de oxígeno es un factor fundamental. Dejar más de 24 horas las semillas sumergidas en agua, corta el suministro de oxígeno. La falta de intercambio de aire ocasiona la muerte de la semilla.

¿Cómo germinar las semillas paso a paso?

Sumerge las semillas en un vaso con agua libre de cloro durante un periodo de 12 a 24 horas

Pon una servilleta o papel absorbente sobre un plato, encima de la servilleta ubica las semillas y a continuación cúbrelas con otra servilleta.

Una vez las semillas estan en medio de las dos servilletas, agrega agua libre de cloro para humedecerlas.

 

Elimina el agua que las servilletas no pueden absorber, para evitar que se formen charcos en el plato.

Pon un plato invertido (de igual forma y tamaño que el usado en el paso 2) sobre el plato que contiene las semillas, formando una especie de domo. Esto con el fin de retener la humedad.

Debes ubicar los platos en un lugar fresco, oscuro y con un rango de temperatura de 21 a 27 °C.

Abre el domo 1 a 2 veces al día para oxigenar su interior y revisar la humedad de las semillas. Las semillas no deben secarse en ningún momento. Probablemente debas humedecer el medio de germinación todos los días, eliminando siempre el exceso de agua que las servilletas no pueden absorber.

Pocos días después las semillas completan el proceso de germinación, abriendo su caparazón y desarrollando una pequeña y delicada raíz blanca.

El proceso de siembra de las semillas germinadas debe ser realizado con máxima precaución, con el objetivo de no romper o afectar la pequeña raíz. Cualquier traumatismo que sufra la raiz va a afectar el desarrollo de la planta en sus primeras etapas.

La raíz no debe ser expuesta directamente al sol en ningún momento.

Los errores más comunes en este proceso son:

- Usar agua de mala calidad.

- Dejar las semillas mas de 24 horas sumergidas en agua.

- Usar agua en exceso en el plato con las servilletas.

- Dejar secar las servilletas dentro del plato.

- Romper la raíz por exceso de manipulación, una vez esta ha salido de la semilla.

¿Cómo plantar las semillas germinadas?

Prepara el sustrato o semillero donde serán plantadas las semillas. En este paso es indispensable usar un sustrato adecuado para recibir las semillas, como podría ser la fibra de coco o turba, ya que son elementos de estructura ligera que permiten la correcta oxigenación del medio y la fácil expansión de la frágil raíz que sale de la semilla. No se recomienda usar tierra en este paso. Su estructura densa y pesada complicará el trabajo de expansión de la semilla y sus raíces. Esto ocasionaría un retroceso en el desarrollo e incluso la muerte de la semilla.

Una vez la pequeña raíz ha alcanzado 5 mm de longitud en el medio de germinación, es momento de pasarla al semillero o medio de cultivo inicial.

Cava un agujero de 1 cm de profundidad por 1 cm de ancho, y ubica cuidadosamente la semilla con la raíz hacia abajo o en forma horizontal.

Cubre el agujero cuidadosamente con el sustrato, y asegúrese de no dejar cámaras de aire y tampoco de presionar el sustrato en exceso para dar libertad de expansión a la semilla y su raíz.

Una vez cubierto el agujero en el sustrato con la semilla adentro, se debe humedecer el mismo con agua libre de cloro. Es fundamental que el sustrato permita un correcto drenaje del agua para evitar la formación de charcos y la acumulación de agua en exceso. Cada vez que el sustrato esté seco se debe regar con agua, para garantizar el suministro de esta a las semillas.

Se recomienda dar unas cuantas horas de sol al día al sustrato, a fin de que la semilla sienta el estímulo lumínico para salir del sustrato y formar la plántula. En caso de cultivo con iluminación artificial se pueden dar unas cuantas horas diarias de iluminación al sustrato para dar el estímulo lumínico a la semilla.

Un par de días después de plantada la semilla en el sustrato, emerge una pequeña plántula y forma su primer par de hojas llamadas cotiledones. En este punto la plántula esta lista para iniciar su fase de crecimiento vegetativo.

Los errores más comunes en este proceso son:

- Usar tierra como sustrato para el semillero.

- Dejar secar el sustrato.

- Regar en exceso el sustrato.

- Plantar la semilla demasiado profunda en el sustrato.

- Dejar el sustrato todo el día al sol, provocando que este se

  seque en exceso.