El cannabis es una planta anual, lo que significa que en la naturaleza finaliza su ciclo de vida en menos de 12 meses. En climas tropicales el ciclo de vida de las plantas de cannabis varía entre 2 y 7 meses, dependiendo de la genética usada y su método de cultivo.
Ciclo vital del Cannabis
Otra ventaja que se tiene al cultivarla en climas tropicales es que, una vez finalizado el ciclo de un cultivo, puede iniciarse otro inmediatamente. La disponibilidad de sol todos los días del año y la estabilidad de 12 horas de iluminación y 12 horas de oscuridad, hacen esto posible.
Las plantas de marihuana, durante su cultivo, atraviesan las etapas de:
1. Germinación (2 a 7 días)
2. Fase vegetativa (1 a 3 meses)
3. Fase de floración (1 a 3 meses)
El ciclo de vida de las plantas de cannabis inicia con la germinación de las semillas, rápidamente estas se convierten en pequeñas plántulas listas para entrar en plena fase de crecimiento vegetativo. Durante esta, concentran su desarrollo en la producción de tallos, ramas y hojas.
Una vez las plantas alcanzan su madurez sexual, están listas para dar inicio a la fase de floración. La floración comienza con la prefloración, cuando las plantas expresan su sexo, ya sea masculino o femenino. Durante esta fase las plantas macho producen polen, que es dispersado por el viento. Su función es fecundar a las plantas hembra con el objetivo de producir semillas. Las plantas hembra concentran su desarrollo durante la fase de floración en producir cogollos, cannabinoides y semillas (si las plantas han sido fecundadas).
Las plantas mueren al finalizar la floración, lo que da como resultado una cosecha de cogollos ricos en cannabinoides y semillas preparadas para iniciar un nuevo ciclo de cultivo y transmitir su genética de generación en generación.
Variedad de C. Sativa
Variedad de C. Indica
Hibrido Fotodependiente
Hibrido Autofloreciente
Germinación
Las semillas frescas y sanas germinan en un periodo de 2 a 7 días, después de haber absorbido suficiente agua del medio donde se encuentran.
Durante el proceso de germinación, las hormonas, el oxígeno y la humedad activan el embrión que está dentro de la semilla, lo que provoca el inicio del proceso de germinación. Además del embrión, hay una gran reserva de alimentos que permite a este crecer y romper la cáscara que lo cubre. Cuando se rompe la cáscara, una pequeña raíz blanca emerge por uno de los extremos, y la semilla está lista para ser sembrada en su futuro medio de cultivo.
Una vez la semilla germinada está en su medio de cultivo, la raíz comienza a profundizar dentro del sustrato de forma vertical. La raíz principal da origen a numerosas raíces secundarias que crecen en diversas direcciones. El sistema radicular cumple funciones como: absorción de nutrientes, absorción de agua y anclaje de la planta.
Luego de 2 a 3 días de haber sembrado la semilla germinada, inicia el crecimiento de la parte aérea de la planta. Un pequeño y frágil tallo emerge del sustrato y forma los cotiledones. En este momento la pequeña plántula está lista para entrar en plena fase de crecimiento vegetativo.
Fase de crecimiento vegetativo
Las plantas de cannabis permanecen en fase vegetativa durante el tiempo que reciben un mínimo de 16 horas de iluminación cada día. El punto óptimo es 18 horas de iluminación y 6 de oscuridad, cada día.
Durante esta fase las plantas concentran su esfuerzo en el desarrollo acelerado del sistema radicular, tallo principal, ramas y hojas.
Para soportar este rápido crecimiento debes aportar fertilizantes, ya que son el alimento de las plantas.
El sustrato debe contar con el volumen adecuado para no limitar la expansión del sistema radicular.
A medida que la parte aérea de la planta crece, también lo hace su sistema radicular, colonizando el sustrato progresivamente, en busca de agua y nutrientes. Si el sustrato llega a secarse demasiado, las delicadas raíces mueren, lo que afecta considerablemente el desarrollo de la planta. Se debe mantener un equilibrio, dado que el exceso de agua puede ahogar la planta y bloquear la entrada de oxígeno, cuya consecuencia es la pudrición del sistema radicular.
La clave para mantener este equilibrio se encuentra en el uso de un sustrato que retenga la humedad y que a su vez cuente con un buen drenaje para eliminar el exceso de agua, a fin de facilitar la entrada y salida de oxígeno. La fibra de coco molida cumple a cabalidad estas exigencias, es el producto ideal para ser usado como base en la elaboración del sustrato.
Prefloración
Generalmente las plantas de cannabis cultivadas a partir de semillas están preparadas para iniciar su fase de floración entre la sexta y la octava semana desde la germinación. Durante estas semanas las plantas desarrollan órganos sexuales inmaduros, cuya identificación es útil para determinar el sexo de la planta y seleccionar machos y hembras.
Las plantas hembra son preferidas por la gran mayoría de cultivadores, debido a que durante la fase de floración producen cogollos cargados de resina rica en cannabinoides (THC, CBD, CBN, etc.). Las plantas macho son eliminadas, a menos que el objetivo del cultivo sea la producción de semillas. Los machos desarrollan mínimos niveles de cannabinoides y el polen que producen fecunda a las plantas hembra, lo que ocasiona que estas concentren su energía en la producción de semillas, y, al final de la fase de floración, se obtienen pequeños cogollos con poca resina y con muchas semillas.
Floración
A pesar de que las plantas de marihuana desarrollan preflores entre la sexta y la octava semana de vida y están listas a partir de ahí para comenzar la fase de floración, esto no sucede hasta que se suspende la fase vegetativa, cambiando el régimen lumínico de 18/6 a 12/12 (12 horas de iluminación y 12 horas de oscuridad). Con este cambio en el ciclo de iluminación, las plantas interpretan que es momento de iniciar la fase de floración.
NOTA: Los cambios en el régimen lumínico no afectan a las variedades autoflorecientes, (ver variedades autoflorecientes).
Las plantas de cannabis hembra no polinizadas, desarrollan grandes cogollos cubiertos bajo densas capas de resina rica en cannabinoides. Estos son los más apetecidos por los consumidores, y en el mercado se les conoce como «sin semilla».
Durante esta fase el desarrollo de la planta cambia. La producción de hojas y tallos se ve disminuida y comienza la formación de las pequeñas flores que se van a convertir en cogollos. El tamaño de los pequeños cogollos aumenta poco a poco durante toda la fase y simultáneamente se van formando capas de resina.
La resina está compuesta a partir de tricomas, encargados de la producción de cannabinoides y terpenos. Ambos son responsables del aroma y efecto que producen los cannabinoides, en el cuerpo, al ser consumidos.
Debes tener en cuenta que durante esta fase del ciclo de vida de la planta, la demanda de nutrientes es muy alta; por lo tanto, se debe aportar una fertilización balanceada que permita un correcto desarrollo.
La planta va a necesitar un sustrato con mayor volumen para evitar detener la expansión del sistema radicular. Como consecuencia del aumento en el volumen del sustrato se ve también aumentado el consumo de agua y fertilizantes.
Durante el final de la fase de floración y, en general, a partir de la quinta semana, desde el inicio de esta, se debe tener especial cuidado con la lluvia y el exceso de humedad. A estas alturas las plantas son muy vulnerables al hongo llamado botrytis, responsable de ocasionar la pudrición de los cogollos. Las variedades de la especie c. sativa y los híbridos con predominancia sativa, son muy resistentes a las condiciones climáticas húmedas. Sus cogollos no son densos, lo que permite mayor aireación, y evita la aparición de botrytis.
Una manera fácil y económica de controlar la lluvia en el exterior es con la ayuda de un invernadero, el plástico permite el paso del sol, pero no el paso de la lluvia. Esta caracteristica de los invernaderos previene la aparición de botrytis, y permite el cultivo de variedades de c. indica e híbridos. En caso de que se trate de un cultivo al aire libre, se recomienda el uso de variedades de c. sativa, ya que se adaptan mejor a esas condiciones.
Una vez finaliza la floración, se procede a cosechar los cogollos, para finalizar el ciclo de vida de la planta con su muerte.